Los expertos están dando a entender que a la blockchain le está sentando bien que se la deje de asociar en exclusiva a las controvertidas criptomonedas. Así se desprende de una encuesta reciente de la consultora Deloitte, en la que, además, se destaca que el 86% de los ejecutivos que han participado en el estudio creen que estos sistemas tienen un enorme potencial empresarial.
Su eventual utilidad a la hora de conseguir información válida entre grandes volúmenes de datos está atenuando los recelos, y hasta el rechazo, de los años anteriores. En esta línea, los técnicos de IBM han declarado que la blockchain es ideal para compartir de manera transparente material almacenado en un libro de contabilidad virtual al que únicamente pueden acceder, con seguridad, los miembros autorizados de una red.
Los ingenieros de IBM se refieren al rastreo de “pedidos, pagos, cuentas o producción”. Como todos los detalles de cualquier transacción se ponen en común al instante, los integrantes del grupo tienen “una visión coincidente de la verdad”, añaden los portavoces de la compañía.
Los analistas del Foro económico mundial sostienen que el 10% del producto interior bruto del planeta podría almacenarse según esta fórmula en 2025. A su juicio, solo una combinación correcta podrá garantizar la “protección” de corporaciones y clientes en el futuro.
El mercado de la blockchain no llegaba a los 5.000 millones de euros en 2021; se calcula que en 2026 ascenderá a los 67.400 millones.
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