Casi todos los días, Grant Lee, un empresario de Silicon Valley, recibe noticias de inversores que intentan persuadirlo para que acepte su dinero. Algunos incluso le han enviado a él y a sus cofundadores cestas de regalo personalizadas.
Lee, de 41 años, normalmente se sentiría halagado. En el pasado, una startup de rápido crecimiento como Gamma, una empresa de inteligencia artificial (IA) que él ayudó a fundar en 2020, habría buscado constantemente más financiación.
Pero, al igual que muchos emprendimientos de Silicon Valley en la actualidad, Gamma está siguiendo una estrategia diferente: está utilizando herramientas de IA para aumentar la productividad de sus empleados en todo, desde atención al cliente y marketing hasta codificación e investigación de clientes.
Eso significa que Gamma, que fabrica software que permite a las personas crear presentaciones y sitios web, no necesita más dinero, aseguró Lee. Su empresa ha contratado solo a 28 colaboradores para obtener «decenas de millones» en ingresos recurrentes anuales y casi 50 millones de usuarios. Gamma también es rentable.
«Si fuéramos de la generación anterior, fácilmente tendríamos 200 empleados», comparó Lee. «Tenemos la oportunidad de repensar eso, básicamente reescribir el manual», destacó.
El viejo modelo de Silicon Valley dictaba que las empresas emergentes debían recaudar una enorme suma de dinero de inversores de capital riesgo y gastarla en contratar un ejército de empleados para crecer rápidamente. Las ganancias llegarían mucho más tarde. Hasta entonces, el recuento de empleados y la recaudación de fondos eran insignias de honor entre los fundadores, que filosofaban que cuanto más grande, mejor.
Sin embargo, Gamma forma parte de un grupo cada vez más grande de empresas emergentes, la mayoría de las cuales trabajan en productos de IA, que también utilizan esta tecnología para maximizar la eficiencia. Con ello, ganan dinero y crecen rápidamente sin la financiación ni los empleados que habrían necesitado antes. El mayor motivo de orgullo de estas startups es el de generar la mayor cantidad de ingresos con la menor cantidad de trabajadores.
Hacer más con menos
El potencial de la IA para permitir a las empresas emergentes hacer más con menos ha dado lugar a especulaciones descabelladas sobre el futuro. El CEO de OpenAI, Sam Altman, ha predicho que algún día podría haber una empresa unipersonal que valga US$ 1.000 millones. Su compañía, que está construyendo una forma costosa de IA llamada modelo fundacional, emplea a más de 4.000 personas y ha recaudado más de US$ 20.000 millones en financiación. También OpenAI está en conversaciones para recaudar más dinero para sus proyectos.
Con las herramientas de IA, algunas startups están declarando que dejarán de contratar a partir de un determinado tamaño. Runway Financial, una firma de software financiero, ha dicho que planea contratar hasta 100 empleados porque cada uno de sus colaboradores hará el trabajo de 1,5 personas. Agency, una empresa emergente que utiliza IA para brindar servicio al cliente, también planea contratar no más de 100 trabajadores.
Otro nivel de riesgo
Pero si las startups pueden volverse rentables sin gastar mucho, eso podría convertirse en un problema para los inversores de capital de riesgo, que destinan decenas de miles de millones de dólares a startups de IA. El año pasado, las empresas de ese sector recaudaron US$ 97.000 millones en financiación, lo que representa el 46% de toda la inversión de riesgo en EE.UU., de acuerdo con la plataforma de información empresarial PitchBook, que hace un seguimiento de las firmas emergentes.
«El capital de riesgo solo funciona si se invierte dinero en los ganadores», apuntó Terrence Rohan, un inversor de Otherwise Fund, que se centra en empresas emergentes muy jóvenes. Añadió: «Si el ganador del futuro necesita mucho menos dinero porque tendrá mucha menos gente, ¿cómo cambia eso al capital de riesgo?».
Lee, el cofundador de Gamma, reveló que el modelo eficiente en IA le había permitido ahorrar tiempo que de otro modo habría dedicado a gestionar personal y a contratar trabajadores. Ahora, se centra en hablar con los clientes y mejorar el producto. En 2022, el empresario creó una sala de Slack para recibir comentarios de los principales usuarios de Gamma, quienes a menudo se sorprenden al descubrir que el propio CEO estaba respondiendo a sus comentarios.
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