La videoconsulta desde el smartphone o a través de las apps de salud, entre otros nuevos canales de comunicación entre médico y paciente, se han convertido en una forma de asistencia que cada vez gana más adeptos por parte de los centros médicos y hospitales tanto públicos como privados. Los expertos consideran que con esta digitalización se está ganando en agilidad y eficacia en todas las especialidades.
De la visita domiciliaria del pasado se ha evolucionado, en muy pocos años y de una forma sin precedentes, hacia soluciones más digitales y operativas que incrementan la eficiencia de los servicios médicos y aumentan la satisfacción del paciente.
Uno de los principales factores que ha contribuido a impulsar la telemedicina en los últimos años ha ido la situación provocada por el SARS-CoV-2. De hecho, según la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SEMFyC), la covid ha supuesto un paso adelante, acelerado, a un proceso que se preveía a medio plazo y ha logrado su normalización entre la ciudadanía. Sin embargo, pese al avance y consolidación de la telemedicina en muchos ámbitos de la sanidad, aún queda camino por recorrer.
Una de las áreas en las que la telemedicina parece tener más recorrido en el corto plazo es en Atención Primaria (AP). De acuerdo con la SEMFyC, el Sistema Nacional de Salud (SNS) necesita alrededor de 10.000 médicos de familia más para asegurar el reemplazo por las próximas jubilaciones, se trata de una de las especialidades más envejecidas (gran porcentaje de profesionales con 60 años o más) y que cuenta con serios problemas de reposición.
La paulatina incorporación de las nuevas tecnologías, fruto de la apuesta por la innovación, está facilitando que este tipo de áreas, tradicionalmente marcadas por una fuerte presencialidad, estén migrando hacia una experiencia 'phygital', donde la fusión entre el mundo físico y digital se convierte en la llave del éxito.
En el ámbito de las especialidades, algunas como la Dermatología fueron de las primeras en emplear la teleconsulta, incluso mucho antes de la pandemia.
Otras especialidades donde es aplicable la telemedicina con altas tasas de éxito son, por ejemplo, la Psiquiatría para hacer el seguimiento de los pacientes; la Hematología, en los casos en los que se puede realizar telecontrol de la coagulación; incluso en la Oncología para el control y seguimiento de pacientes tratados en los hospitales de día.
También es cada vez más habitual en Neumología, ya que hoy es posible controlar a los pacientes con EPOC de forma remota. Además, de en la especialidad Cardiovascular a la hora de realizar el seguimiento a los pacientes crónicos. Todo ello beneficia y permite resolver situaciones, dudas y preocupaciones, no sólo de los pacientes, sino también de sus cuidadores.
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