Cada vez son más las empresas que han comprendido que para ser rentables a lo largo del tiempo deben implementar un proceso de digitalización en el negocio, es decir, modelar apropiadamente los diferentes escalones del negocio y aplicar soluciones digitalizadas, basadas en software.
Las decisiones de esta incorporación deberán estar basadas en la generación de modelos matemáticos de nuestros procesos con los que poder predecir y determinar comportamientos futuros, tendencias, consumos, demandas, ciclos, valores máximos y mínimos en el tiempo o en función de otras variables, la obtención de los datos para el entrenamiento de estos modelos y el testeo correspondiente y el uso de estos datos para generar la información apropiada para los inversores.
Toda empresa desea perdurar en el tiempo y esto se consigue a través de poder tener constantemente una ganancia económica que retribuya a los inversionistas más que otras alternativas, de manera que se garantice el empleo y la generación de valor agregado.
Si una empresa estructura sus plataformas de automatización en forma estandarizada podrá asegurar en el futuro una plataforma de producción habilitada para proveerles datos confiables y seguros de manera de tener la evaluación sistemática del negocio y tomar las medidas correctivas o de mejoras en tiempo y forma.
La situación del negocio actual y los requerimientos que se tienen para aumentar la transparencia productiva, indican que hay mucho trabajo para realizar en la mayoría de las plantas industriales en Argentina.
Concretamente entonces, el camino de la digitalización significa para todas las empresas, tener que evaluar inversiones en tecnología y en conocimiento para implementarlas; en muchos casos, implicará tener que desarmar plataformas o sistemas vigentes y funcionales para implementar nuevas, preparadas para un futuro incierto o impredecible.
Claro está que el proceso de digitalización siempre valdrá la pena pero para que el entusiasmo no se pierda a lo largo del camino será necesario comprender tanto el por qué como el para qué se hace. De este modo, se podrá determinar el cuándo, es decir, la inmediatez con la que este cambio será implementado y, al mismo tiempo, el dinero que se invertirá en el mismo.
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