Al momento de crear una startup, muchos emprendedores tienden a “enamorarse” de la primera solución que ellos planearon implementar, en lugar de antes analizar y entender el problema que quieren solucionar.
Este concepto significa que el emprendimiento debe adaptarse a la forma en que las personas quieran resolver el problema en cuestión, y no tratar de imponer de manera forzada una determinada premisa.
Cuando uno está enfocado en el problema, tiene muchas más probabidades de triunfar, porque está abierto a descubrir la mejor forma de solucionar la demanda de los usuarios. En cambio, cuando uno está enfocado en una única solución (una idea maravlosa que tuvimos), sólo puede tener éxito si su idea es perfecta, algo que por lo general no suele suceder.
Entonces, la gente enamorada de la solución, sin la capacidad de tener una mirada flexible, suele fracasar en un 90% de los casos.
En la cabeza del otro
De hecho, los emprendedores muchas veces lanzan un producto que nadie quiere, porque justamente están obstinados con su idea. De ese modo, terminan ofreciendo lo que ellos tienen en la cabeza y no lo demandado por el mercado. Ese es el principal motivo por el cual fracasan.
La segunda razón que está muy ligada al naufragio de los proyectos es que las startups se quedan sin recursos antes de encontrar el producto que la gente quiere.
Cuando se dan cuenta de todos los errores que cometieron, ya es demasiado tarde porque no tienen más capital, ni energías, para una segunda oportunidad.
Mirar hacia dentro
Por otro lado, para “enamorarse” del problema, un empresario tiene que tratar de resolver inconvenientes que lo interpelen de manera genuina.
Entonces, el primer paso es identificar industrias, nichos o sectores que realmente le despierten un cierto interés y donde haya una necesidad a atender.
En definitiva, se trata de dejar el ego a un costado para entender lo que realmente demandan los clientes y la forma con la cual hoy resuelven sus problemas. De esa forma, se puede entender qué oportunidades existen de poder crear algo superador a lo existente.
La mejor solución es la que desean la mayoría de las personas, y no la que el emprendedor imaginó de antemano.
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